Hoy, como cada miércoles he recogido a mi hijo pequeño de las sesiones de logopedia, que periódicamente tiene en Aprosuba. Aunque sé el motivo, hoy me vino a la mente la recomendación que en su día me dieron dos negligentes inspectoras de Educación; una de ellas incluso autodenominada psicóloga clínica y con un conocimiento penoso de ciertas patologías.
Como decía, en su día estas dos inspectoras, me advertían del “peligro” o mejor dicho de la “idoneidad” de no acudir a “centros de este tipo”, pues podría ser perjudicial para mi hija, ya que, entre otras cosas podría ser “etiquetada”. Curiosamente en su entorno escolar ni mi hija ni mi hijo recibían ni reciben apoyos para sus “handicaps”, a pesar de estar recomendado y avalado por diversos informes y diagnósticos de especialistas médicos.
Hoy no quiero desnudar miserias del Sistema Educativo Extremeño, entre otras cosas porque quiero hablar de cosas bellas.
Quiero hablar de Almudena y de mi hijo; quiero hablar de personas con una gran dosis de humanidad, verdaderos profesionales implicados y preocupados por el desarrollo y apoyo a muchos pequeños que necesitan extras de ayuda y de habilitarles herramientas para la consecución de un aprendizaje y evolución adecuados a su futuro cercano.
Almudena es la logopeda de Daniel, mi hijo pequeño. Es una profesional íntegra; y no por el título formal que lo avala, sino por el compromiso, actitud y aptitud hacia mi hijo y por ende, seguro hacia todos y cada uno de los infantes que trata y que, apuesto, los acapara como “sus niños”.
Almudena es bella, por dentro y por fuera; así me lo demuestra Daniel, que a pesar de ser inhibido se siente satisfecho con esa sonrisa de pillo, cada vez que llegamos y salimos de su sesión logopédica. Ella me transmite paz porque con su sonrisa y su cariño hacia esos niños me da la seguridad de que hace su trabajo con mucha honradez y compromiso.
Se acabó la sesión. Salimos del recinto y como otras veces me encuentro con una joven con problemas de comunicación, una adolescente con una cara preciosa y tímida a la vez, que interpreto, espera a Almudena, porque nota la comprensión y el amor que esta persona le comunica y le presta; esta joven, mitad niña mitad mujer, quizás necesitada de un refugio y una manta cálida por sus seguramente malas experiencias, me recuerda en exceso a Silvia, mi hija mayor.
La chica en cuestión, parece sentir ese apoyo y confidencialidad y como trampolín usa el alfabeto de signos para comunicarse con su logopeda, con Almudena: su maestra y amiga.
Salgo, miro a esa chica y a mi hijo y, con toda certeza, sé que estoy haciendo bien y satisfecho de llevar a mi pequeño a Aprosuba y, sobre todo, de haber encontrado una persona como ella.
Desde este medio agradecerte tu tarea y disposición con mi hijo, Almudena.
(Dedicado a Almudena y a todas esas personas, profesionales tituladas o no, que trabajan honestamente y se preocupan e implican por niños desfavorecidos en cualquier grado).
Fuente:
http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/03/homenaje-una-excelente-persona.html
Publicado también, entre otros, en:
http://servicios.hoy.es/tu-noticia/tu_noticia_ver/Homenaje-excelente-persona/26451/1.htm
http://www.extremaduraprogresista.com/index.php?option=com_content&view=article&id=4001:homenaje-a-una-persona-excepcional&catid=40:libre-opinion&Itemid=59
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=473449
http://www.diariodirecto.com/tuperiodista/desarrollo-noticia.html?idNotUsr=2640
http://servicios.hoy.es/tu-noticia/tu_noticia_ver/Homenaje-persona-excepcional/26455/1.htm
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